12 ene 2013

¿Quién seré yo?


Desde niño siempre he creído que tenía el cometido de hacer algo que realmente fuese importante, quizás la fantasía de la fama de ser un gran inventor y ver en el cine de mi imaginación esa escena era suficiente para afrontar todo lo que la vida me ponía delante.

Afortunadamente uno va creciendo, va tomando decisiones y de una manera más o menos acertada va configurando su propia vida.

El caso es, que siempre hay algo significativo que pasa por ella de una manera especial, hasta tal punto de parecer que una sacudida nos ha agitado toda nuestra persona. Probablemente todo el mundo al menos recuerda con claridad un momento así, a lo mejor para otros, esto es el mundo de la ilusión, no importa, yo se que tarde o temprano ese momento les llegará.

Particularmente en mi, fue un regalo de vida, con 18 me encontré compartiéndola con lo que yo llamo mi gran amor blanco, la Antártida. A raíz de ese suceso empecé a experimentar algo que no soy capaz de describir con exactitud, pero si estoy seguro que algo en mí empezó...

Efectivamente, empecé a mirar de otra manera, queriendo que todo el mundo viera lo que yo, quizás porque cuando estuve ahí abajo, lo hice sólo y nadie más lo vió.

Pasan los años y aún teniendo la fortuna de haber tenido oficios bastante creativos, siempre eran encargos para otros, aprovechando los esfuerzos de mi fiel amiga la imaginación. Pero siempre me quedaban las ganas de crear por mi mismo y para mi hacia los demás, es decir crear sin el compromiso previo de que alguien le pueda hacer falta, crear en gratuidad por el hecho de sacar tu sentir, sin la perversa intención de los objetivos con pretensión.

Creo que cuando fotografío, es eso lo que quiero conseguir, no tengo intención de nada más, eso es lo que me deja en paz.

Cada mirada que tengo es un pálpito de dentro que me ha hecho pararme ahí. A veces, aún en mitad de todo el mundo, tengo la sensación de pasear por mi particular camino, en algunas ocasiones fragmento más de lo debido hasta caer en la más hermosa abstracción, otras veces un rayo de luz proyectando una sombra es suficiente para querer capturarla, en otras la niebla, una nube, un árbol, incluso un transeúnte me llaman para que repare en ellos.

En cualquiera de los casos es un particular mundo de fantasía disfrazado de realidad que juega a acompañarme en todo momento, es como la poesía, que se escribe cuando ella quiere, cuando tiene que ser.

Una vez leí una frase de un ensayista y moralista francés, Joseph Joubert (1754-1824), la cual me llamó mucho la atención, refiriéndose a la poesía, y decía así:

"Muchos van hacia la verdad por los caminos de la poesía. Yo llego a la poesía, por los caminos de la verdad."

Y reflexionando sobre ella y si tuviera que explicar como me veo yo como autor dentro del mundo de la fotografía, sería así, o por lo menos esta es la explicación que me gusta darme a mi mismo.

"Siento que muchos van hacia la verdad por los caminos de la fotografía. Yo prefiero llegar a la fotografía, por los caminos de la verdad."

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