29 ene 2013

La foto que no hice. Los gigantes de hierro.

Dicen que cuando el veneno ha tenido contacto con la sangre de tus venas, uno ya está perdido para siempre. Y no hablo de un veneno destructivo que tras un periodo de tiempo, el que sea, cumple el cometido de su letal función.

Más bien hablo de algo dulce, sano, algo que a veces juguetea en los campos de la obsesión. Me refiero a ese impulso de hacer fotos que llevo instalado en mi desde hace años. Esto por supuesto tienes sus cosas buenas y otras menos buenas, aunque tampoco es para entrar en estado de alarma.

El caso es que en ocasiones uno se queda con las ganas de captar ese instante, en otras ese anhelo llama a la puerta de la razón varias veces hasta que acabas haciendo la foto.

Sea como fuere, recuerdo numerosos pálpitos pero me voy a centrar en este que se me viene a la cabeza, que si no me disperso.
Todos los días me levanto temprano y después de hacer mis cosas de humano, voy a recoger a mi hijo a casa de su madre para llevarlo al colegio. Desde que él sube al coche hasta que lo dejo hay un buen trecho, aproximadamente unos 15 o 20 minutos de carretera. Se podría decir que repito itinerario con frecuencia, aunque a veces, cambio de ruta para tener varias visiones de un acto cotidiano.
Siempre voy oteando el horizonte y veo los postes de la luz encima de las laderas de las montañas desde varios puntos de vista a medida que va avanzando mi coche. He de reconocer que tengo predilección por los postes eléctricos de alta tensión, es una de mis "obsesiones" fotográficas, esas estructuras de hierro tan solemnes y erguidas, son auténticos gigantes custodiando los campos de los países. Hay toda una jerarquía, desde el Rey hasta todo un ejército de caballeros. A veces los sitúo dentro de un ajedrez, pienso que son unos magníficos alfiles.
Cada día son personajes diferentes con escenarios diferentes, los veo a contraluz, con cielos nublados, con niebla, entonces se vuelven más misteriosos.
Se puede decir que no hay día, el cual no los fotografíe en mi mente, pero la seguridad vial me impide parar el coche y hacerles fotos.
Creo que encontraré la manera de retratar a mis "Gigantes de Hierro"... hay que ver lo que puede conseguir un buen veneno.
Bueno, y esta una de tantas ganas fotográficas que se me quedan en la reCámara. Iré contando más.
Hasta la próxima visión. ;)

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