15 abr 2013

Mamá, quiero ser replicante

Blade Runner (1982)
Como buen fan del ciberpunk siempre me he preguntado como acabaría la humanidad en un futuro no muy lejano. Y una posible respuesta la encontré hace años en Blade Runner de Ritley Scott, obra maestra donde las haya en su género, la ciencia ficción.

El otro día viendo esta película en clase de Teoria Fotográfica caí en la cuenta de varios detalles del film que me hicieron reflexionar de nuevo sobre este tema, la identidad humana.

En una época donde el ser humano está en declive, hemos llegado a crear máquinas tan perfectas que nos es difícil distinguirlas de nosotros mismos. En este film se empiezan a plantear los primeros pilares del ciberpunk, es decir, las máquinas que inicialmente se crearon al servicio del hombre han evolucionado y son capaces de desarrollar sus propios sentimientos, por lo tanto de construir también una identidad propia a raiz de las experiencias archivadas en sus memorias. Si esto es cierto, entonces que sentido tiene el ser humano.
El argumento de "Blade Runner" se centra en su personaje principal Rick Deckard, un policía especializado en cazar replicantes. Los replicantes son algo así como robots biológicos, seres humanos artificiales, creados para cumplir las tareas que los hombres ya no quieren hacer, en lugares donde se necesita una mayor mano de obra. Las nuevas generaciones de replicantes, los Nexus-6, han empezado a desarrollar emociones y llegan a cometer crímenes contra personas, por lo que son declarados ilegales. Los Blade Runners son los ocupados de eliminarlos.
La relación que tiene con la fotografía, es ni más ni menos que la relación directa que establece con la identidad. En la película se ve como los replicantes son capaces de tener recuerdos y construir su pasado, su vida, su identidad a raíz de la fotografía. Así pues se establece claramente que aquel que tiene pasado es aquel que tiene imágenes que lo documenten. Otro de los discursos que giran en torno a la fotografía es el discurso postmodernista de un mundo en decadencia, donde ya no es tan importante la vivencia de las experiencias si no el tener fotografías que nos ayuden a recordar esas vivencias.

Por lo tanto ¿qué es real ya? ¿la imagen? ¿el recuerdo? ¿lo vivido? ¿y cómo influye todo esto en futuras experiencias? Está claro que nuestra percepción ya no es la misma, por lo tanto si cada imagen nos ayuda a construir nuestra propia realidad, sería correcto definirlo como tal. Y si a un ser humano se le borran sus recuerdos, este sería capaz de afirmar su propia existencia. ¿qué es lo que le pasa a un enfermo de alzheimer?

Por eso creo que a estas alturas no podemos hablar en términos globales de una realidad única percibida de la misma manera por todos. Habría que ir aceptando que existen tantas realidades como individuos, o si se prefiere, como tantas maneras diferentes de percibir. Estaríamos hablando pues de una realidad individual, que tendría que convivir a la perfección con una realidad colectiva. Entendiendo esta como aquella basada en las evidencias universales que rigen la humanidad, por ejemplo: el fuego quema, el agua moja, la noche es oscura, el día es luz y así sucesivamente hasta los principios de verdad más complejos.

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