18 abr 2013

Entre la ilusión de lo real y la memoria. Evgen Bavcar.


La verdad es, que el texto de Evgen Bavcar, este fotógrafo ciego, me ha conmovido por varias razones. Mientras uno piensa y reflexiona el porqué y para qué quiere fotografiar, no se da cuenta a veces, que volcamos todo nuestro ser, en lo que la mayoría de la gente cree que esta fundamentado el arte de fotografiar, la vista. 

Creemos erroneamente que la mirada está en relación directa con el ojo y no es así, porque lo que nos cuenta Evgen Bavcar es ni más ni menos que un día dejó de ver con los ojos pero empezó a mirar. Que al fin y al cabo es en lo que insisten muchos teóricos, la mirada. Sólo que en este caso es como sacar de la cámara oscura de su mente todas esas fotografías que él no pudo llegar a hacer cuando veía.

Es enternecedor como este fotógrafo describe esas caricias de luz y con que respeto habla de la sombra, elogiándola y afirmando que aquello que pertenece a la sombra es porque no pertenece al mundo de la luz y ese es el sitio en el cual debe permanecer.

"Las relaciones que existen entre los cuerpos y la luz crean también el fenómeno de las sombras y a veces el efecto Casimir. Se trata de la desaparición de objetos en las tinieblas, allí donde ni siquiera la luz puede alcanzarles. Gracias a este juego, al nacer tenemos la posibilidad de conservar destellos tras la experiencia opaca. Detrás del cuadro negro podemos considerar otras maneras de acariciar con la luz olvidando la dependencia física."

Pero lo verdaderamente extremecedor es como describe aquello que no puede ver, eso es lo que le diferencia del fotógrafo contemporáneo, el cual ha sucumbido a la técnica y al más estricto detalle para mostrarlo como realidad. Mientras muchos son esclavos de lo que ven estrictamente, él es poseedor de la más abosoluta libertad, toda la que le permite su imaginación, por lo tanto no se encuentra limitado por lo que hay delante suya.

Al fin y al cabo satisface sus deseos de representar sus instantes de vida, avivar sus recuerdos y darles salida porque para los demás, al tener la facilidad de tenerlo delante y actuar como espejos impasivos, nos perdemos el placer de intervenir en el proceso de fotografiar.

"El día que no seamos más que espejos enfrentándose, estaremos con toda seguridad muertos."

Pero sin duda los párrafos que para mi simbolizan su mundo, su manera de ver la fotografía y como él la siente, la encuentro en el apartado de "Visiones Táctiles", donde resalta el valor de la proximidad, hasta el punto de poder tocar, palpar. Pero no en el sentido más estricto de la palabra, sino en poder tocar con tu ser y acariciar aquello que quieres fotografiar.

"No es raro oir expresiones como "ojos en la punta de los dedos", "manos que miran", Pupilas en la piel", etcétera..."

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